Un momento de descanso

Llegué al jardín, me senté en el césped y extendí los brazos contemplando el cielo azul. Cerré los ojos, mientras me presionaba levemente el estómago. Nuevamente ese malestar...
Para distraerme un rato, tomé uno de mis cartuchos de dinamita y lo contemplé atentamente, mientras pensaba en lo que estarían haciendo mis amigos.

Salí al jardín para respirar un poco tras el agobio de estar ahí dentro. Ví a un chaval en el cesped con un cartucho de dinamita en sus manos y me acerqué.

-Hola, ya veo que te gustan los explosivos... ¿Quién eres?

Me sobresalté al escuchar a alguien hablarme. Me senté rápidamente y miré hacia el lugar de donde provenía la voz, y al percatarme que se trataba de un hombre, seguramente sería un profesor a juzgar por su apariencia.

Me había preguntado quién era.

- Soy Gokudera- afirmé en un tono seco- Y sí, me gusta mucho la dinamita- afirmé guardando el cartucho en uno de mis bolsillos.- ¿Quién es usted?-repliqué con desdén alzando una ceja.

El chaval se sobresaltó, según parece, estaba tan concentrado con el cartucho que no se lo esperaba.

Me dijo que se llamaba Gokudera y tras guardar el cartucho, me preguntó educadamente y con intriga al mismo tiempo quien era yo.

- ¿Yo? Soy el nuevo profesor de química, Liquid Snake. A mí también me gusta todo lo relacionado con explosivos... podrímos acabar incluso llevandonos bién... - añadí con una serie de pensamientos mezquinos en el interior de mi cabeza.

El sujeto con el que había estado hablando aseguró llamarse Liquid Snake, y ser el nuevo profesor de química. Con que química, eh? Una de mis materias favoritas. Afirmó, además, que le gustaba también lo relacionado con explosivos.

-podríamos acabar incluso llevandonos bien-añadió. Una leve sonrisa se dibujó en mis labios y asentí.

-Por supuesto-afirmé incorporándome.- De hecho, me gusta mucho la química-enuncié de casualidad- Mucho gusto en conocerlo, señor - dije extendiendo mi mano para que la estrechara.

El chico me dijo que le gustaba la química, si, se le veía motivado. -Genial. - pensé.

Se incorporó y extendió su mano diciéndome "mucho gusto en conocerlo". Parece ser que había encontrado a uno de los mios, podía sentirlo levemente en mi interior.

-Probablemente seas una buena promesa - dije, y a continuación le estreché la mano.

Al estrecharme la mano, solo sonreí.

-Je-solté-No se preocupe, señor, le demostraré que soy bueno en esto-afirmé muy confiado en mi mismo. Iba a demostrar de verdad hasta dónde llegaba mi capacidad.-Aunque en verdad, soy bueno en todas las materias-enuncie distraidamente, mientras recordaba con orgullo las veces que el Jyuudaime me pedia ayuda con las materias.

El chico, muy seguro de si mismo, me dijo que era bueno en ello, pero que también era bueno en todas las materias.

- Valla, de modo que dices ser bueno en todas las materias... bien, bien; será un verdadero placer el hecho de darte clase... -dije suavemente.

- Yo he entrado nuevo hace poco, no obstante, eso no me combierte en un novato.

Solo continué sonriendo ligeramente. Realmente no necesitaba decir que para mí los exámenes eran lo más fácil del mundo.

-¿Ya conoció a algun estudiante más?-pregunté-Este instituto está lleno de personas extrañas-afirmé con supiscacia, mientras me preguntaba si, irónicamente, no formaba yo parte de esos alumnos "extraños". Era cierto... tenía la habilidad de ocultar dinamita en el cuerpo ¿A que persona "normal" no le sería extraño eso?

- Si, ciertamente hay gente muy extraña, cuando me dirijía a mi habitación ví a un chico que había perdido sus llaves, hizo el ridículo cosa mala... -comenté. Al recordarlo me vino un pensamiento que dije en voz baja: - Madre mia, como sean así todos mal vamos... por lo menos este chico no parece ser un mal estudiante...

- No, aun no conozco a nadie, aparte de ti.

-Oh... ya veo...-afirmé-pues yo ya me he cruzado y he conocido a varias personas, no sé quien es peor. Aunque la presidenta del consejo estudiantil al parecer está loca-comenté haciendo una mueca-Es demasiado enérgica. En fin...-me encogí de hombros- creo que mas bien es la personalidad de cada uno.

Observé mi reloj. Ya se estaba haciendo tarde, ciertamente. Lo mejor sería que me vaya despidiendo,para ir a tomar un descanso.

- Supongo que es la personalidad de cada uno... esperemos que aquí no sean todas las personalidades de locos...

Vi que Gokudera miraba el reloj, a lo que añadí. - ¿Llegas tarde a algún lugar? Bien, pues si quieres no te molesto mas, supongo que nos veremos en las clases; buena suerte.

-En realidad ya es tarde... está oscureciendo-afirmé. -Necesito descansar. Bien... lo veré luego, en las clases, señor... -hice una leve inclinación de la cabeza y me marché corriendo rumbo a mi habitación.

De verdad necesitaba tomar un descanso. Solo suspiré hasta que por fin llegué a dicho lugar.

El chico se marchó afirmando que era tarde.

-Adiós chico, que te vaya bién. - Afirmé dándole una palmadita de ánimo en la espalda.

Una vez se marchó corriendo, comencé a dar un paseo por el jardín con el fin de conocérmelo.