Habitación del Profesor Ryou Bakura

-NO! NO ME DUELE PORQUE NI SIQUIERA TE HE DADO FUERTE! -dije sin poder contenerme y alzando el tono para que me oyera al salir... creo que me ignoró
Estaba atacado de los nervios. Miré a Suzaku con cansancio y me metí en el baño de nuevo, me abracé a Setsuna y comencé a llorar por los nervios y la rabia contenida por todo lo que habia ocurrido... cómo he podido ser capaz de levantar la mano a una de mis alumnas? Y en mi primer día...

No llego a responderme, en lugar de eso se a parto visiblemene confuso y fue en ese momento cuando se dio cuenta de la presencia de mas personas en su habitacion. Se arreglo la toalla y salio a recibir a las chicas, que parecian un tanto alteradas.

Yo no llege a salir, me quede en el baño observando como se desarrollaba la situacion en silencio. Despues de que el profesor Ryou intentase sacarlas de la habitacion de una forma un tanto brusca, la chica que reconoci como Miku se puso a la defensiva provocando al profesor y acusandole de temas realmente serios. Me pregunte si esa chica o tenia alguna desastabilidad que le llevaba a actuar de manera demasiado impulsiva o no se daba cuenta de la situacion. En caso de que tubiese que producirse un enfrentamiento "legal", el profesor tendria todas las de ganas.

Y me parece que Ryou Bakura tampoco analiza friamente la situacion antes de actuar. No es muy buena idea darle una bofetada a una niña, aunque fue bastante suave, mas simbolico que otra cosa, creo. Y la respuesta de la chica fue aun mas curiosa, no me parecio algo propio de la Miku que habia conocido, demasiado diferente. Cuando la chica se marcho el profesor estaba de los nervios.

Iba a decirle que yo ya me marchaba, solo queria saber que estaba bien ya, pero el profesor de sirigio a mi, y me abrazo. El mundo se congelo, por un instante temi mi reacion reflejo, pero esta no llego a ocurrir. De lo contrario el profesor estaria cara al suelo inmovilizado o algo por el estilo. Pero no ocurio por que no fue solo el mundo lo que se congelo, mi cuerpo tambien lo hizo.

Y comenzo a llorar, no se exactamente que emociones le movian a llorar, pero creoo que esto me acercaba mas a la personalidad del profesor. Emotiva, muy emotiva. Senti rabia contra Miku, por haber alterado asi al profesor. alce dudoso las manos y apoye una de ellas en la cabeza del profesor, descubriendo el suave tacto del pelo del profesor, a pesar de que este este mojado. Mire a Suzaku pidiento un mudo auxilio, lo cierto es que no sabia bien que hacer.

Fue entonces cuando "tome conciencia racional" de lo que habia hecho, y me senti un extraño para conmigo mismo. ¿Por que me importaba tanto este hombre? ¿POr que me importaba lo suficiente como para dejar de ser yo?. Preguntas sin respuestas. Respuestas que tendria que encontrar pronto

miré a setsuna y le hice un gesto de tranquilidad, comencé a mover las manos indicandole como debía moverlas, con delicadeza y suavidad, con movimientos reconfortantes y suaves. luego le hice un guiño y me retiré para dejarles intimidad a ambos, cerré la puerta de la habitacion con cuidado y suspiré

Setsuna supo como calmarme, me dedicó un rato de caricias reconfortantes y poco a poco pude mantener la compostura aunque las mansos aún me temblaban por la rabia contenida. Me sequé las lágrimas y miré hacia donde debía estar Suzaku... no estaba, cúando se fue?
Miré extrañado a Setsuna

-Dónde está el joven Kururugi? y perdón por el espéctaculo... no me gusta alzar la mano y menos a una alumna, pero hoy han pasado demasiadas cosas y no he podido controlarme -dije cabizbajo, no era capaz de mirarle a la cara, qué pensaría de mi después de mi muestra de mal genio?

Segui las intrucciones de Suzaku hasta que el profesor se tranquilizo. Fue un momento curioso que desentona cn la linea de mi vida normal. Yo consolando a alguien, curioso. La gente que me conocia fuera de este antro sin duda pensarian que algo estaba mal. Y en verdad lo estaba, no deberia sentir algo solo por que alguien me estaba abrazando.

Cuando se calmo se separo de mi.

-Dónde está el joven Kururugi? y perdón por el espéctaculo... no me gusta alzar la mano y menos a una alumna, pero hoy han pasado demasiadas cosas y no he podido controlarme- agacho la cabeza con pena.

-El se ha ido poco despues de las chicas.- dije mientras me acerque y le puse una mano en el hombro.- No importa, ellas tampoco supieron comprtarse con propiedad, le provocaron.

A pesar de todo, mi voz sigui sonando serie y sin emociones.

-Eh...? -fue lo único que alcancé a decir en ése momento "no me recrimina? ni siquiera censura mi imprudencia..." pensé sin dar crédito- ...muchas gracias Seiei... -le tomé la mano que puso en mi hombro y dejé escapar un par de lagrimas, esta vez de alegria

Otra vez volvi a ver lagrimas rodas de sus mejillas. Solte un suspiro desesperado y se las limpie suavemente. Me quedaba la esperanza de que no eran lagrimas de tristeza.

-Que puedo hacer para que dejes de llorar?.- pregunte suavemente mirandole a los ojos.

Me volvió a limpiar las lágrimas... creo que por instante la tierra paró en seco.

-Qué puedo hacer para que dejes de llorar?- esa pregunta resonó en mi cabeza una y otra y otra y otra vez... en cuestión de milésimas de segundo se me pasaron mil y una cosas, pero ninguna para decir en alto y aun menos, a un alumno...

-No te preocupes por nada, Seiei... es solo que se me ha acumulado mucha tensión. Puedes irte si lo deseas, no tienes ninguna obligación de estar aquí y menos aún de darme explicaciones de lo que haces o dejes de hacer con el resto de alumnos. Aún así agradezco mucho tus gestos de buena voluntad, me hacen muy feliz -le sonreí esperando que, con esas palabras, zanjaramos el tema y pudiera controlar mis impulsos. Me mordí la lengua para salir de ese estado en el que el cuerpo tomaba el control... no quería más complicaciones y menos aún con él.

Le estube observando minuciosamente, mas de lo necesario. Su tez blanquecina en la que habia notado tan vivo su rubor. El color tan curioso de su cabello, de un lila claro, que le caia por la frente, aun mojado de la interrumpida ducha.

-No te preocupes por nada, Seiei... es solo que se me ha acumulado mucha tensión. Puedes irte si lo deseas, no tienes ninguna obligación de estar aquí y menos aún de darme explicaciones de lo que haces o dejes de hacer con el resto de alumnos. Aún así agradezco mucho tus gestos de buena voluntad, me hacen muy feliz.- dijo sonriente.

Estreche los ojos al identificar en sus labios la sonrisa que tantas veces habia visto en la gente de la nobleza, una sonrisa no sincera. Una sonrisa que no llegaba a los ojos. Odiaba esa sonrisa con toda mi alma, pues fue con ella con la que fui engañado, movido a creer en un dios inexsistente, un dios que en lugar del paraiso me trajo un infierno. Con un movimiento menos delicado que los anteriores le aparte el cabello y le sujete la cara para evitar que desviase la mirada y le clave los ojos en los suyos. Si mentia, ellos lo dirian "¿Que es lo que quieres, Ryou Bakura? dimelo y dejame tranquilo"

No me permitió apartarle la mirada. Me obligó a mirarle... "No no no... no hagas eso suéltame" pensé apurado.
Apreté los puños y cerré los ojos con fuerza.

-S-Seiei... no qui... -tragué saliva, apenas podía pensar- no quisiera incomodarte pero... -le aparté la mano con suavidad- hace poco que me he dado cuenta que lo que siento por ti no es normal, y menos aún, para un profesor con su alumno... -suspiré sonoramente, ya habia comenzado. Si metía la pata que fuera hasta el fondo- creo que puedo afirmar que me he enamorado de ti... -ahí perdí el mundo de vista, creo que me evadí completamente del mundo.

-...me he enamorado de ti.- de todas las palabras que salieron de sus labios, esas fueron las que escuche.

Me quede clavado donde estaba. ¿Que se habia enamorado de mi? Pero sin ni siquiera sabia quien era yo, dudaba de sus palabras, a pesar de ver en sus ojos el sentimiento. Me senti abrumado por sus palabras, pero peor fue la sensacion de un sentimiento desconocido, ese que tantos problemas me habia dado en los ultimos momentos de mi vida.

Me acerque un paso sin ser dueño de mis pies quedando bastante cerca uno del otro, y alce una mano volviendo a acariciar esa palida piel, tan suave bajo mis manos llenas de sandre, tan pura...

- ¿Por que?

-Por qué...? -repetí la pregunta por inercia más que otra cosa "Por qué...? buena pregunta, ni siquiera yo tenía respuesta clara para ella" pensé mientras bajaba la mirada y me dejaba acariciar- n-no lo se... simplemente me siento muy bien contigo y... cuanto mas tiempo paso a tu lado más claro tengo que... -bajé más la cabeza- ...q-que... que te quiero -creo que mis últimas palabras sonaron algo chirriantes. Los nervios me jugaban malas pasadas

-¿Por que? - escuche que repetia mis palabras. Me sudaban las manos, producto de extraños nervios que se estaban apoderando de mi.

-n-no lo se... simplemente me siento muy bien contigo y... cuanto mas tiempo paso a tu lado más claro tengo que... q-que... que te quiero- No se aparto de mi, solo bajo la cabeza, probablemente avergonzado. Sus palabras me conmovieron profundamente, revolviendo asi mas todavia el huracan que tenia en mi interior. ¿acaso esta persona no tenia conciencia de lo que estaba provocandome? ¿De tooa este caos que me invadia? Era aterrador, emociones sin control, emociones desconocidas. Reacciones irracionales.

Volvi a alzarle el rostro, volviendo a mirar a sus ojos, de un color tan semejante al mio. Volviendo a peredrme en las emociones que habia aprendido a leer. Y, siguiendo un acto irracional, y creo que inesperado para los dos, acerque demasiado mi rosto al suyo para mi gusto personal, ese que no reinaba en mi en ese momento.

Roce sus labios en un instante, al siquiente sentia su presion en los mios. Al siguiente, paz, tranquilidad, serenidad. El mundo se habia detenido en un attosegundo, y con el, mi interior.

No era mi primer beso, muchas veces habia tenido que engañar, engatusar e incluso seducir a personas por alguna orden, pero senti aquello que dicen sentir las jovencitas en el paseo por la orilla de la playa sobre el amor correspondido segunsos antes de que me lleve su vida por la palabra y orden de Su Alteza.

Me volvió a alzar la cabeza. Fui incapaz de mirarle a los ojos pero él... apenas sin darme cuenta, se acercó a mi e hizo lo que me pareció un tanteo: primero me rozó los labios, aquello me dejó petrificado "Signifi...?" me quedé con ese pensamiento ya que después me besó y yo, sin desperdiciar esa oportunidad, lo abracé con fuerza y le correspondí.
Al separarme milimetricamente las piernas comenzaron a flaquearme y solté un leve gemido. Le volví a abrazar y con la voz algo entrecortada le dije:

-S-significa esto que... -tragué saliva y apreté el abrazo- que ahora estamos juntos?

Senti como correspondia mi gesto abrazandome con fuerza. El contacto entre nuestros cuerpo desperto una sensacion calida en mi, totalmete desconocida como todo en los ultimos momentos de mi vida.

Escuche su gemido con suave estemecimiento, y luego volvio a abrazarme. le correspondi dudoso el abrazo, cerrando los ojos apoyando mi cabeza contra su cuerpo.

-S-significa esto que...que ahora estamos juntos?- Apreto el abrazo, empee a escuchar un sonido ritmico, hipnotizante. Bum, bum, bum...

Era su corazon, era su respiracion el sonido de su vida. Recuerdo la ultima vez que escuche ese sonido caracteristico de la vida fuera de los muros de esta carcel de lujo. Escuchaba la respiracion de Schneidel El Britannia cuando se me ordeno permanecer a su lado esa noche que se rumoreaba una conspiracion contra el principe. Esa noche una persona murio a las puertas del cuarto del hombre que algun dia dominara el mundo cuando le arranque la vida de un certero corte. Nadie interrumpio el sueño del pricipe aquella noche.

Y fue este mismo recuerdo el que me hizo recordar con total claridad, el que me trajo de golpe la realidad. Yo era una herramienta de aquel que sometera al mundo a la paz. Y lo sigo siendo. Estando junto a el como aquel que ejecutara a todo quien ose alzarse en su contra.

Me separe de Ryou Bakura y le mire friamente, sometiendo a una las emociones que me envolvian y que deseaban salir a flote. Clave una milesima de segundo mis ojos en los suyo y mi control temblo momentaneamente. Sin una palabra me volvi de espaldas a el, mi profesor, que se habia convertido en un amigo en potencia, y en un amor en potencia al parecer, pero sobre todo, me recorde, el era un japones. Japon, la nacion mas peligrosa que habia osado levantarse en contra de britannia una vez. Y me aseguraria de que no fuese asi otra vez.

Me encamine a la puerta con paso decidido.

No me dijo nada... me clavó una fría mirada y dio media vuelta, no me dijo nada... nada...
Quise pararle los pies pero me vi incapaz de moverme... esos frios ojos, no podía quitármelos de la cabeza.

-ATCHIS! -ups... demasiado tiempo en toalla.

Preferí no pensar más en ello. Eso quería e intentaba por todos los medios mientras me vestía y peinaba. No lo conseguí... una y otra vez volvía lo mismo a mi mente: el beso y la "mala" mirada... qué debía hacer? No tenía claras las cosas... que había significado todo eso?
Mientras seguía dándole vueltas terminé de hacer la cama y colocar mis cosas... en cuanto coloqué la última prenda las piernas me flaquearon y quedé en el suelo de rodillas. Me llevé una mano a la frente "...fiebre? No... simplemente el disgusto..." con ese pensamiento me levanté del suelo y me tumbé en la cama queriendo dejar de pensar.

llege a la habitacion del profesor llame a profesor Bakura-Sensei Sensei ayudeme ayudeme!!!!Llame varias y espere a que me contestara

Escuché a alguien detrás de la puerta... parecía apurado.
Fui a abrir.
-... ...d-dime... -le dijo algo extrañado, no se supone que los alumnos más jóvenes tienen 15 años?- qué te pasa? -le hice pasar y cerré la puerta tras él.

Entre a la habiatacion apurado y dije-Ayudeme ayudeme No se como me voy a presentar ante toda la clase-Despues de eso abraze al profesor

Pasé mala noche... poco recuerdo de lo que pasó después de que un joven entrase en mi habitación por problemas... supongo que la presión del día pudo conmigo. Prefería no pensar... tenía el día libre y simplemente quería olvidar lo pasado, al fin y al cabo soy un profesor y él un alumno.
Me levanté, me asee, me vestí con mi camisa negra y mis pantalones vaqueros... por comodidad desabroché dos botones de la camisa, tenía calor. Me peiné y salí de la habitación para pasear.